Fortaleciendo la educación en enfermería


Historia
Formación de la Enfermería en Chile


La historia de la profesionalización de las enfermeras en Chile es una narrativa que refleja la evolución de un grupo de mujeres a lo largo del tiempo, delineando estrategias para validar y sostener una profesión eminentemente femenina. A diferencia de las profesiones tradicionales, los avances y desafíos de las enfermeras presentan características distintivas. El elemento central en esta historia de profesionalización es la educación de las enfermeras, y este relato se enfoca en los hitos más relevantes de la educación durante el primer tercio del siglo XX, muchos de los cuales siguen presentes en la actualidad.

La creación de la primera Escuela de Enfermería en 1902 en el Hospital San Francisco de Borja marca un hito significativo. Esta escuela, fundada por el médico Eduardo Moore, enfrentó dificultades, pero estableció un plan de estudios de tres años, gratuito y exclusivo para mujeres laicas. La formación se basaba en conocimientos científicos, rompiendo con la tradición del empirismo del cuidado sostenido por congregaciones religiosas y practicantes sin estudios formales.

En 1906, el Gobierno de Chile funda la Escuela de Enfermeras del Estado, vinculándola a la Universidad de Chile. Este segundo hito marcó un cambio importante al establecer la formación de enfermeras dentro de un marco universitario, distanciandose del modelo tradicional. Sin embargo, el acceso a la educación universitaria para las mujeres era limitado en ese momento.

En los años siguientes, se crearon más Escuelas de Enfermería adosadas a hospitales con apoyo médico, consolidando la formación laica y universitaria. En 1921, el gobierno de Arturo Alessandri Palma estableció requisitos para que estas escuelas otorgaran el diploma de Enfermera Universitaria Chilena.

A pesar de estos avances, persistían prácticas de improvisación en la designación de enfermeras, lo que llevó a la necesidad de establecer estándares y reconocer la importancia de la preparación técnica. La validación de las mujeres en la sociedad chilena, especialmente en el ámbito de la salud, estaba vinculada a la aprobación del cuerpo médico.

En la década de 1920, se evidenció una crisis moral en la República, y la cuestión social emergió como un problema clave. Las condiciones precarias de vida y la falta de servicios de salud básicos llevaron a la alta mortalidad infantil y a la necesidad de profesionales de la salud bien formados.

En los inicios del siglo XX, la Organización Panamericana de la Salud, junto con la fundación Rockefeller y la Universidad de Johns Hopkins, influyeron en la formación sanitaria en Chile. La creación de la Escuela de Enfermería Sanitaria en 1926, con la participación de médicas como Cora Mayers y Elianira Gonzalez, introdujo una nueva perspectiva en la formación de enfermeras.

La fusión de la Escuela de Enfermeras del Estado y las Escuelas de Enfermeras Sanitarias dio lugar a la Escuela de Enfermería de la Universidad de Chile. Aunque se mejoraron los estándares de ingreso, la demanda de enfermeras superaba la capacidad de formación.

En resumen, la educación de las enfermeras en Chile durante el primer tercio del siglo XX fue marcada por avances significativos en la profesionalización, la incorporación a instituciones académicas y la adaptación a las necesidades de la sociedad. A pesar de los desafíos, estas mujeres lograron establecer una base sólida para la enfermería en Chile, sentando las bases para la autonomía profesional y la persistencia de la institucionalidad de enfermería en la actualidad.

Dra. Enf. Rocío Núñez Carrasco,
Prof. Titular, Escuela de Enfermería. Universidad de Santiago de Chile.




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Dra. Enf. Rocío Núñez Carrasco
Prof. Titular, Escuela de Enfermería. Universidad de Santiago de Chile.

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